Kyle finalmente regresó a casa, y aunque su cuerpo no había pasado por demasiado esfuerzo físico durante el día, aún sintió una abrumadora ola de debilidad en el momento en que su edificio de apartamentos apareció a la vista. Ya podía imaginarse derrumbándose sobre los suaves cojines de su sofá, abrazando la paz y simplicidad de un sueño ininterrumpido.
Después de estacionar su auto en su lugar habitual, Kyle salió y notó inmediatamente el vehículo del Sr. Jones estacionado cerca, lo que por alguna razón le dio una pequeña pero tranquilizadora sensación de alivio. Aun así, no había manera de predecir qué le esperaba exactamente dentro del edificio, y esta incertidumbre se cernía sobre él como una sombra.