Kyle hizo preparativos para su importante reunión más tarde esa noche. Logró regresar a casa sin que Calista lo viera, usando una salida diferente del edificio para evitar cualquier posible confrontación.
Isabella entendió su decisión; sabía que era lo mejor, especialmente porque Kyle era el propietario y no podía arriesgarse a revelar demasiado a cualquiera que pudiera estar observando.
Su seguridad era la preocupación principal, más que cualquier otra cosa.
Una vez en casa, era hora de conseguirle un traje adecuado. Kyle sabía que la apariencia era clave en tales negociaciones.
Fue a una de las tiendas más elegantes de la zona, esperando encontrar algo que lo hiciera lucir costoso y, lo más importante, que le otorgara el respeto que buscaba en esta reunión.
Tardó más de una hora en resolver todo, pero Kyle terminó comprando más de cinco trajes, asegurándose de tener una variedad de opciones para futuras ocasiones.