Lleva a tu hombre al trabajo.

Kyle había terminado con Calista, pero eso era principalmente porque ella quería volver al trabajo. Sin embargo, ella propuso algo que nunca había hecho antes: pedirle que la siguiera al trabajo

—¿Estás seguro de que me quieres en tu trabajo? —cuestionó Kyle, y Calista asintió con una amplia sonrisa.

—¿Usamos mi coche o el tuyo? —preguntó Kyle, aunque no era tan importante.

—Um, ¿qué tal si usamos el mío? —respondió Calista, dándose cuenta de que nunca lo había llevado en su coche.

—¿Y qué pasa cuando quiera irme a casa? —preguntó Kyle. No tendría sentido dejar su coche allí, ya que tendría que volver para recogerlo, y eso ya sonaba estresante.

—Creo que usaré el mío. Quizás en otra ocasión —respondió Kyle, dándole una palmadita en la cabeza mientras pasaba junto a ella.

—Está bien —dijo Calista, sin darle mucha importancia. Y se fueron.