Kyle se sentó frente a frente con Isabella. Ella estaba nerviosa porque Kyle tenía una expresión seria en su rostro, lo que significaba que cualquier cosa que quisiera discutir debía ser importante.
—¿Qué puedo hacer por usted, señor? —preguntó Isabella, pero Kyle permaneció en silencio por un minuto, distraído mientras estaba perdido en sus pensamientos.
—...¿Señor? —llamó Isabella, devolviendo a Kyle a la realidad, pero él lo disimuló.
—Dime, Isabella, ¿cuál es tu visión? —preguntó Kyle, provocando que Isabella levantara una ceja—habían discutido esto el primer día que se conocieron.
Sin embargo, existía una buena posibilidad de que lo hubiera olvidado, lo cual no sería extraño considerando lo ocupado que había estado.
—Mi visión es ser la agencia de talentos más grande de los Estados Unidos —dijo Isabella, con una expresión de confusión aún plasmada en su rostro.
—Ya veo —respondió Kyle, sonando un poco decepcionado, como si estuviera buscando algo más grandioso.