—¡Me alegra ver que mi juicio no estaba equivocado. ¡Parece que mi habilidad para evaluar a los extraños sigue siendo tan aguda como siempre! —responde enérgicamente antes de halagarnos con una sonrisa.
—No es de extrañar que tengas un negocio tan exitoso y una tienda tan hermosa —digo, devolviendo el halago, acompañado de mi propia sonrisa.
Con las cortesías fuera del camino, es hora de que comience el verdadero enfrentamiento. El aire en la tienda de Garen se espesa con anticipación mientras nos preparamos para luchar. Aquí es donde comienza la diversión: una batalla de lenguas juguetona pero sincera.
Garen comienza con una risita, mirando el montón de materiales en su mostrador. —La última vez, te di 50 bronce por un botín que solo valía 30. Ciertamente se han superado hoy, pero no nos dejemos llevar, ¿verdad? Esta vez, no seré tan generoso.