Eres completamente inútil.

Julia gira la cabeza para mirarme con furia silenciosa. Si ella piensa que tomaré su lado en lugar de tratar de salvar mi propio pellejo, está terriblemente equivocada.

—Bueno, Julia, ¿eres también una Comerciante de Esclavos que tiene el hechizo [Contrato de Esclavos]? —pregunta él.

Ella se niega a responder y en su lugar desvía su mirada entre él y yo, claramente tramando algo.

El hombre se niega a entretenerla, mientras separa sus dedos, colocando su dedo índice en un lado de la barbilla de Julia y su pulgar en el otro, con su mano firmemente apoyada debajo de su mandíbula. Con un ligero levantamiento de su mano, la obliga a encontrarse con su mirada. La acción es suave y confiada, una demostración masculina de poder que no deja espacio para el desafío. Sus ojos se fijan en los de ella con una intensidad dominante, exudando un sentido de control que deja claro sin lugar a dudas que él es quien está a cargo aquí.