Con un tentativo roce de su lengua, Blossom hace su primera lamida exploratoria. La sensación es eléctrica y me veo obligado a soltar un fuerte gemido de placer.
Su cola se menea enérgicamente detrás de ella, revelando su emoción. Animada por mi reacción, continúa su suave exploración salpicando mi miembro con una serie de suaves besos que viajan desde la base hasta la punta.
Blossom se retira y me mira buscando seguridad. Sus mejillas están sonrojadas con un tono rosado, y sus ojos brillan de deleite. Puedo ver el orgullo en su expresión, el conocimiento de que está dando placer a su querida persona.
—¡A Blossom le encanta cómo reacciona el Maestro...! —ronronea sensualmente. Sus orejas se mueven con deleite, sumando a su adorable comportamiento.