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Blossom se arrodilla profundamente ante mí. Su cabeza está tan inclinada que descansa sobre sus brazos, que están doblados bajo su frente en el suelo. La suave luz de las velas brilla contra su piel dorada, resaltando sus delicadas curvas mientras se hunde más en la reverencia.
Sus pechos desnudos presionan contra el suelo y con cada respiración, se agitan en un movimiento casi hipnótico.
Toda su existencia es la encarnación de la sumisión en este hermoso momento. Cada línea de su cuerpo habla de devoción, desde el arco de su espalda hasta la forma en que sus muslos se presionan juntos.
Blossom se está ofreciendo completamente, con una sinceridad que es tanto humilde como excitante al mismo tiempo.