Las mejillas de Blossom se sonrojan más profundamente y sus ojos comienzan a brillar de alegría.
—¡Blossom está tan feliz...! —responde suavemente mientras se lleva las manos al corazón. Su voz está llena de muchas emociones debido a mis palabras de gran elogio.
Me acerco y mis manos inmediatamente se extienden para acariciar su piel suave y cálida. Mis dedos trazan suaves patrones a lo largo de sus costados, moviéndose desde sus caderas hasta su cintura, y luego de vuelta hacia abajo. Blossom tiembla ante mi toque con sus respiraciones entrecortadas y rápidas. Puedo sentir el calor que irradia de su cuerpo sirviendo como evidencia innegable de su deseo femenino ya no oculto.