Conociendo a Aurelion

El sol del mediodía proyecta largas sombras mientras navegamos por las bulliciosas calles de Braedon. La atmósfera a nuestro alrededor está animada, con comerciantes pregonando sus mercancías y los habitantes del pueblo ocupados en sus asuntos.

Broderick se mueve con confianza entre la multitud, ya que su corpulencia es suficiente para abrir paso fácilmente entre el mar de gente. Mientras lo seguimos, no puedo evitar notar los sutiles cambios en el comportamiento de Ayame y Blossom. La compostura habitual de Ayame sigue intacta, pero sus ojos se mueven rápidamente, captando cada detalle, cada amenaza potencial. Blossom, por una vez, está en silencio, su alegría habitual reemplazada por seriedad.