Doy un paso adelante y asiento.
—Saludos —él responde con un movimiento similar de su cabeza.
—Luego, tenemos a Fantasma —Blossom sigue mi ejemplo esta vez—, y, por último, Hoja. —Finalmente Ayame procede con el breve gesto de saludo.
—Ya veo. Supongo que ustedes tres no están aquí para ver mis terciopelos —dice mientras se ríe de su propia broma.
—Tu suposición es correcta —Broderick toma el control de la conversación por nosotros—. Estamos aquí por dos razones. Primero, hay un carro de mercader lleno de mercancías estacionado en mi propiedad. Quiero que te encargues de ello, pero ten en cuenta que mis sirvientes ya han hecho inventario, así que si me vienes con una oferta miserable me follaré a tu esposa.
Levanto una ceja hacia Broderick, cuya actitud dio un giro de 180 grados en un instante.
—¡Por favor! Mi esposa es más delgada que yo. Ni siquiera podrías empalmarte —Aurelion resopla.