El Trato Injusto de Ayame

—¿Ha... terminado...? —preguntó Ayame con un fuerte tono de incredulidad evidente, insegura de si este evento sobrenatural realmente le acababa de suceder. Por fin dejó de acariciar mi cabello mientras levantaba una almohada cercana hacia su rostro para limpiarlo. Sin embargo, no se le permitió hacerlo.

—¡¡¡No!!! —chilló Blossom mientras se lanzaba sobre mi pobre samurái con la ayuda de cada Estadística de Agilidad a su nombre. La bala conocida como Blossom golpeó a la desprevenida y temporalmente cegada chica directamente en el estómago, forzándola a gritar en una potente mezcla de dolor y sorpresa mientras era arrojada sobre su espalda con Blossom sentada encima de ella, y sus manos inmovilizadas contra el colchón por la raza de perros.