Charla de Damas

—¡Jajaja! —Seraphiel no pudo evitar agarrarse el estómago mientras se reía de su escandalosa declaración antes de enderezar la espalda y comenzar a iluminarla con la verdad—. Primero que nada, el hecho de que corrijas tus palabrotas en el último momento no significa que no podamos oírlas. Segundo, has estado comprometida con otro hombre desde que lo conociste. Eso podría no ser un impedimento, como lo demuestra la presencia de Lucille en el harén, pero habrías tenido que romper el compromiso antes de ir a cualquier parte con él. ¿Lo aprobaría tu papá? ¿Qué hay de Cedric y su mamá? Tercero, incluso si todas las estrellas se alinearan, él nunca se habría enamorado de ti. Tan pronto como mostraras tu verdadera personalidad, él habría saltado de su piel y regañado a su miembro masculino por casi arruinar su vida porque casi olvidó mirar qué hay debajo de esos montículos mullidos y curvas tentadoras.

—Estás delirando —Selene gruñó.