CAPÍTULO 81 ZIRA

Miré a mis padres como si estuvieran locos. Me había estado preparando para este día durante meses y ahora esto.

—Esto no es justo —me quejé a mis padres—. Por favor, solo hablen con él y vean si me deja ir.

Mi mamá me frotó la espalda mientras Lisa ponía otro plato de comida frente a mí. Lo empujé a un lado. No estaba de humor para comer.

—No tengo hambre. —Lisa tomó el plato y se fue. Gracias a Dios. No me agradaba para nada y deseaba poder recuperar a María.

—Eso es nuevo —mi hermano se rió tratando de aligerar el ambiente y una mirada fulminante mía lo hizo callar rápidamente.

—Mamá, Papá. Por favor. No me he perdido esta tradición desde que era niña.

—Lo sabemos cariño, pero estás muy cerca de dar a luz y no queremos que agotes toda tu energía. Todos sabemos cómo te pones durante las peleas de bolas de nieve.

Jadeé hacia mi mamá. —Mamá, es un juego competitivo y la gente sabe en lo que se está metiendo. Así que si hay algunos huesos rotos, fue justificado.