CAPÍTULO 111 Zira

No sé cuánto tiempo estuve inconsciente, pero de alguna manera me encontré en otra habitación, sentada en una cama muy cómoda con el hada más insoportable del mundo. Ella hablaba sobre las paredes desnudas y sobre añadir algo para hacer la habitación más brillante mientras yo miraba fijamente a la nada. Su actitud burbujeante me hacía sentir peor.

Mi cerebro intentaba ponerse al día con todo lo que acababa de suceder. Por alguna razón no podía creerlo. Simplemente no podía creer mi suerte. Muerte, nacimiento, muerte otra vez, y luego un rechazo. Las lágrimas caían por mi rostro sobre la cara de Zacarías.

Rápidamente me limpié la cara e intenté pensar en el lado positivo. ¿Un lado positivo? Eso es risible. Aunque el que tenía valía bastante la pena y estaba arrullando en mis brazos. Lo único bueno en mi vida era Zacarías, pero a estas alturas, solo estoy esperando que eso también cambie.

—¿Entonces, qué piensas, Zira? —preguntó Trixie, sacándome de mi trance.