Noche Tardía con el Doctor (III)

Después de tantos días de prisa continua, trabajo y tensión, Grace se encontró finalmente perdiéndose en un momento que era completamente diferente.

Su habitual comportamiento reservado desapareció mientras se permitía disfrutar del momento. Los besos del Dr. Kian eran exigentes pero tiernos, como si la estuviera reclamando y tranquilizando a la vez. Y ella respondió con igual intensidad, igualando su pasión con la suya propia.

Ninguno de los dos notó cómo pasaban los minutos mientras sus bocas y manos continuaban explorándose mutuamente. Se movieron en el sofá solo para que sus cuerpos se enredaran aún más.

Grace dejó que sus manos recorrieran los anchos hombros y el firme pecho de él, trazando los finos músculos que parecía haber desarrollado durante sus horas semanales en el gimnasio. No estaba tan tonificado como Rune o Davian, pero sin duda había cuidado bien el buen cuerpo que tenía.