Juego de Engaño

Grace apenas resistió el impulso de apuñalar a Davian con un tenedor.

Durante la última hora, él había estado poniendo a prueba su paciencia con sus absurdas muestras de afecto. Lo peor de todo era que no tenía otra opción más que seguirle el juego.

Cada vez que el Abuelo Parker los miraba, él aumentaba la intensidad de su actuación. Una mano sobre la suya, un suave roce de sus dedos contra su mejilla, una palabra susurrada destinada a ponerla nerviosa - parecía haber hecho un estudio minucioso sobre esto.

Y para empeorar la situación - el anciano los observaba atentamente. Prácticamente resplandecía de satisfacción.

—Ustedes dos se ven tan enamorados —dijo el Abuelo Parker, sonriendo mientras tomaba un sorbo de su té.

Por otro lado, Grace apenas logró evitar atragantarse con el suyo. No pudo evitar cuestionar el sentido común del anciano.