Capítulo 229: ¡Mazmorra! ¡Tesoro! ¡Corazón de la Ballena del Mar!

Observando la cabeza cortada rodando por el suelo y la mirada involuntaria de sus ojos.

Los piratas en la plaza cayeron en un breve momento de silencio, seguido rápidamente por una ola de conmoción. Nadie había esperado que Luca fuera tan despiadado—a pesar de su rendición, no mostró señal alguna de misericordia.

Un grupo de piratas que se rendían se dispersaron en todas direcciones como pájaros asustados.

Luca bajó la mirada y dijo:

—¡Os lo dije, ninguno de vosotros saldrá de aquí hoy!

El trueno retumbó desde arriba mientras los relámpagos surcaban el cielo.

Nueve lanzas de trueno blanco plateado descendieron de los cielos, sellando instantáneamente toda la plaza. Los rayos se entrelazaron, formando una red masiva que cubría toda la plaza, atrapando a todos los piratas dentro.

Luca, empuñando una lanza, se movió como un destello de relámpago, cargando directamente en medio de ellos.

—¡Señor, perdóneme! ¡Por favor, perdóneme!