La emoción estaba escrita en los rostros de Donlow y los demás. Desde que el juego había descendido, esta era la mejor noticia que habían escuchado hasta ahora.
—Dejen de perder el tiempo. Vamos a salvar a la gente —interrumpió Luca su entusiasmo. Las personas estaban siendo asesinadas por monstruos a cada momento, y este no era el momento para quedarse parados.
Drumph inmediatamente volvió a la realidad, calmando rápidamente sus emociones, y ordenó con voz profunda:
—¡Escuchen todos! ¡Sellen esta área inmediatamente. No se permite que ningún monstruo entre hasta que todos dentro del estadio hayan salido!
—¡Sí, señor! —Al escuchar su orden, Donlow y los soldados a su alrededor se pusieron firmes y saludaron. Sus expresiones estaban llenas de determinación inquebrantable.