La entrada del Hotel Río Refugio no era un lugar para conversar.
A sugerencia de Ben, los tres se dirigieron a un lujoso bar en el corazón de la Capital Imperial.
Este bar era propiedad de la Familia Blues, así que no había necesidad de preocuparse por ser molestados.
En el camino, Ben no dejaba de hablar sobre sus experiencias en el Mar de Niebla. Sus ojos estaban llenos de anhelo y emoción, y su entusiasmo y fervor hacían que Luca se sintiera tanto divertido como exasperado.
Este tipo estaba tan absorto escuchando historias que había olvidado por completo los peligros involucrados.
Pronto, los tres llegaron a su destino.
Salieron del coche y entraron al bar, donde Ben presentó su tarjeta VIP en la recepción. El personal parecía conocerlo muy bien, saludándolo respetuosamente y guiando al grupo a una lujosa sala privada en el cuarto piso.