El Dios Antiguo soltó una risa maníaca,
regocijándose en lo que creía era una victoria garantizada.
Su afilada extremidad descendió hacia Luca a una velocidad cegadora
Y en ese preciso momento, Luca de repente abrió los ojos.
De la nada, un arma se materializó en su mano.
Instantáneamente la levantó, colocándola entre su cuerpo y el apéndice afilado como una navaja que se acercaba.
—¡Aún no has ganado! Abrir el champán ahora es un poco prematuro, ¿no crees?
El Dios Antiguo quedó completamente atónito.
No tenía idea de cómo era posible semejante cambio.
Luca aprovechó la oportunidad
Con un solo golpe, destrozó la extremidad atacante y saltó hacia atrás una docena de metros.
—¡El mundo de los sueños es mi dominio! Puedo mantenerme completamente consciente en cualquier sueño.
Nunca me destruirás con simples ataques psíquicos aquí.
Ahora de pie en una posición más segura,
gritó al Dios Antiguo con desafío inquebrantable.