La desgracia de la familia Parte 2

Cadmus Akhekh caminaba por el corredor con el corazón apesadumbrado. ¿Era todo esto su culpa? Si tan solo hubiera protegido mejor a la madre y al niño, ¿quizás todo sería diferente?

—¡No! No importa. Recorreré las tierras en busca de tesoros y la ayudaré a cambiar su destino —gruñó el anciano con resolución.

Cuando una niña pequeña es tan fuerte y determinada, ¿cómo podría él, el patriarca del clan Akhekh, perder la esperanza tan fácilmente?

Mientras murmuraba y reflexionaba sobre varios cursos de acción, en parte en su mente y en parte en voz alta, una figura alta bloqueó su camino.

Sus desordenados mechones dorados eran tan arrogantes como sus ardientes ojos dorados.

—¿Por fin te has vuelto senil? —Frederick Akhekh soltó una fría risa burlona.

El anciano se detuvo, pausando sus pasos, su mirada cayendo furiosamente sobre el arrogante hombre frente a él.

—Harías mejor en no abrir la boca hoy, hijo.