Sí a la cita

Andre y Luke intercambiaron miradas y también salieron de la habitación, era mejor que no le respondieran porque ella se volvería loca si supiera lo que ellos sabían. Tampoco podían creer que ella se hubiera negado a explicarse o disculparse por fingir desmayarse.

Estallando en lágrimas, Ruth lamentó que nadie en la familia la amaba. Collin, que amaba a su hermana algo ciegamente, se sintió culpable y apenado por ella. Se movió para sentarse cerca de ella y consoló tanto a ella como a su madre, quien también sollozaba porque Ruth lloraba desconsoladamente.

Ruth se aferró a Collin.

—Por favor hermano mayor, amo a David. Debes ayudarme a conseguirlo a toda costa. Madre, tú también ayúdame y explícale a papá y a la abuela —continuó llorando desconsoladamente.

Mientras tanto, Andre y Luke fueron directamente al ático. Luke sabía dónde se guardaban los viejos álbumes de fotos, así que abrió la caja de almacenamiento y sacó un álbum antiguo.