Los hallazgos de Tiburón

Ella empacó su bolso y se fue también sintiéndose mejor de lo que se había sentido en mucho tiempo. Era porque había pasado tanto tiempo desde la última vez que comió una comida casera tan abundante.

Su teléfono sonó mientras estaba en el ascensor y lo miró, hizo una mueca y lo guardó. Era su madre llamando, así que deliberadamente la ignoró. Una llamada de cualquiera de los Gabriel ya no era bienvenida.

Su atención fue captada por un espíritu muy curioso que quería respuestas.

—Aceptaste la cita fácilmente. Esperaba que dijeras que no ya que has estado cantando sobre cuánto no te gusta él, ¿está empezando a agradarte, querida? —El espíritu Sajón intentó bloquear el camino de Phoebe pero sin éxito, ya que ella pasó a través de él como si no fuera nada más que viento.