Una cita con David.

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Incluso después de renacer, la parte más difícil de prepararse para una cita era elegir un atuendo. Como ya no se vestía como una vieja mujer desaliñada, era desconcertante decidir qué era demasiado o muy poco para una primera cita. Su cama se había convertido en una montaña de ropa, muchas prendas con las etiquetas aún puestas, lo que indicaba que nunca habían sido usadas.

—Esto es como ver a un perro en un buffet de carne —Connie se rio de la difícil situación de Phoebe.

Phoebe ignoró a la chica. Respiró profundo, cerró los ojos y eligió un vestido al azar. Abrió los ojos y asintió con firmeza.

—He tomado mi decisión.

Se quitó la toalla y se puso los jeans que había elegido.

El espíritu Sajón le lanzó a Phoebe una mirada de desaprobación porque estaba muy en desacuerdo con su elección de atuendo.