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De vuelta en Ciudad Citrus, alguien estaba deseando que Phoebe cayera muerta dondequiera que estuviera. Esa persona no era otra que Ruth. Después de haber tenido una noche terrible, yacía en su cama, ignorando los brillantes rayos del sol que se filtraban por su ventana.
Sus pensamientos giraban, ideando todo tipo de planes sobre cómo lograr que desheredaran a Phoebe porque sacarla de la casa no iba a ser suficiente. Se había dado cuenta en los últimos días que su familia, con la excepción de Collin, había formado fuertes lazos con Phoebe. Incluso para Collin, era solo cuestión de tiempo antes de que se dejara influenciar por el encanto de Phoebe.
¿Cómo podían abandonarla en la condición enfermiza en la que se encontraba para ayudar a Phoebe en ese ruin café? Lo que más le dolía era que Collin había mencionado que David también estaba en el café, había recibido la noticia de su madre quien llamó para saber sobre su estado de salud.