Hace diez años, un ex detective y su primer compañero, ahora convertido en investigador privado, fueron contratados para buscar discretamente el paradero de Linda Verdemont.
La explicación dada fue que Linda había viajado al extranjero para recibir un mejor tratamiento después de contraer una extraña enfermedad y luego desapareció.
Los Verdemonts guardaron para sí mismos la verdad de que Linda había huido con uno de sus numerosos amantes, lo cual era el rumor en la ciudad. Nadie, por supuesto, les echaba este rumor en cara porque, sin importar qué, seguían siendo una familia rica y poderosa.
Tiburón sabía que si alguien tenía pensamientos útiles o pistas sobre este caso, ese era Thomas Bing.
Mientras se preparaban para salir de la comisaría, la atención de Phoebe fue captada por una mujer furiosa, que gritaba en voz alta y de manera grosera, pidiendo al oficial de policía que liberara a alguien o enfrentara las consecuencias.