No es una broma

La revelación dejó en shock y duda a aquellos que no estaban al tanto. La seguridad con la que Phoebe entregó la noticia hacía parecer como si ella hubiera presenciado personalmente la muerte.

Algunos como Emilia y Ekhart estaban en negación. Linda seguía siendo su hija, por muy defectuosa que fuera.

—¿Cómo te atreves a decir eso? ¿No puedes simplemente entrar aquí y pronunciar tales tonterías? Será mejor que respaldes tus afirmaciones proporcionando evidencia. ¿Dónde está su cuerpo? —preguntó Ekhart.

Phoebe permaneció en silencio, su atención estaba centrada en el viejo patriarca que estaba tragando una pastilla para calmar sus nervios. Sorprendentemente, aceptó la noticia mucho mejor de lo que ella esperaba. Phoebe había pensado que el hombre lloraría desconsoladamente o incluso se desmayaría, pero solo había cerrado los ojos por un segundo y luego se masajeó el pecho.