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¡FOOSH!

La lluvia intensa seguía cayendo, empapando las tierras.

¡TAP! ¡TAP! ¡TAP!

Bajo la incesante lluvia, una pequeña figura avanzaba con dificultad, sus pasos apenas audibles contra la lluvia torrencial. El cuerpo de la persona, ligero y delicado, parecía casi infantil en estatura. Su capucha, empapada y pesada por el agua, se pegaba a su cabeza, ofreciendo poca protección ahora. Las gotas corrían por su rostro, trazando líneas invisibles bajo la tela.

Los movimientos de la figura eran lentos y deliberados, cada paso una lucha contra el peso de la tormenta. El camino por delante estaba borroso por la lluvia, un sendero confuso de charcos brillantes y barro resbaladizo. A pesar de la dureza del clima, la figura continuaba adelante, determinada, como si la tormenta fuera apenas una molestia.