Arrogancia

La voz del presentador se elevó de nuevo, esta vez con un toque de dramatismo:

—¡Y ahora, su oponente! ¡Representando a la estimada Secta de la Llama Plateada, Joel Rythan!

Un rugido estalló entre la multitud cuando Joel entró en la arena. Un hombre alto y de hombros anchos con cabello rojo fuego y una sonrisa confiada, Joel exudaba poder puro. Sus túnicas plateadas y rojas, bordadas con el emblema de la llama de su secta, captaron la luz cuando levantó su espada —una enorme espada magna envuelta en tenues llamas parpadeantes— ganándose otra ola de vítores del público.

A diferencia de Lucavion, Joel jugaba para la multitud, deleitándose en su adoración mientras se dirigía al centro de la arena. Su presencia era ruidosa, dominante y rebosante de confianza.