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El día llegaba a su fin bajo la luz menguante del sol, la arena aún zumbaba con energía y charlas a pesar de la conclusión de los cuartos de final. La multitud había presenciado feroces batallas, pero ninguna había dejado una impresión más duradera que el combate entre Zerah de la Secta Cielos Nublados y Valeria Olarion.
Zerah había luchado con cada onza de su fuerza, sus movimientos afilados y precisos, sus técnicas bien perfeccionadas.
Sus golpes eran implacables, cada uno alimentado por el orgullo de su secta y el deseo de probarse a sí misma. Pero Valeria había igualado golpe por golpe, su resistencia y adaptabilidad llevando a Zerah a sus límites.
Al final, fue Valeria quien reclamó la victoria. Su golpe final y decisivo había atravesado la guardia de Zerah, dejando a la discípula de Cielos Nublados tendida en el suelo, su pecho agitado por el esfuerzo.