Estás loca (2)

La expresión de la Anciana Xue cambió ligeramente, su furia templada por una calma forzada mientras intentaba enmascarar su inquietud. Respiró hondo, bajando su espada pero no su aura.

—Esto no se trata de miedo, Kael. Se trata de principios. La Secta de los Cielos Nublados no se quedará de brazos cruzados mientras su nombre es arrastrado por el lodo por un mentiroso que busca sembrar el caos. Si permitimos que tales acusaciones se propaguen sin control, ¿cómo podemos llamarnos una secta digna de respeto? ¿Cómo podemos mantener la cabeza alta con tal deshonra sobre nosotros?

Los labios de Kael se curvaron en una leve sonrisa burlona, sus ojos brillando con diversión.

—Ah, principios. Honor. Respeto. Todas cosas admirables, Xue —hizo una pausa, su sonrisa volviéndose más afilada—. Pero esos principios solo tienen validez mientras las acusaciones sean, de hecho, mentiras.

Los ojos de Xue se estrecharon, su postura endureciéndose.