Implicaciones

El gran salón de la Secta Llama Plateada estaba bañado en el cálido resplandor de antorchas alimentadas por maná, sus llamas danzando contra las paredes talladas de secuoya. En la cabecera de la cámara, sentado en una silla ornamentadamente decorada de acero fundido y obsidiana, estaba el Maestro de la Secta, Vaelin Drakov, el Patriarca de la Secta Llama Plateada.

Sus rasgos afilados, enmarcados por mechones plateados que atravesaban su cabello rojo fuego, emanaban un aire de calma autoridad. A pesar de su habitual comportamiento sereno, la sola presencia de Vaelin podía dominar una sala, su mirada penetrante silenciando incluso las voces más indisciplinadas.

Mientras revisaba informes de las ramas exteriores, un repentino golpe resonó a través de las puertas de la cámara.

—Adelante —llamó Vaelin, su voz profunda y firme.

Un discípulo se adelantó, inclinándose profundamente antes de extender un pergamino atado con el emblema personal de Kael—una llama plateada ardiente.