Eres un parásito (3)

—Ven y demuéstralo.

Lira apretó el agarre de su espada, sus nudillos blanqueándose mientras su respiración se aceleraba. Las palabras burlonas de Lucavion resonaban en su mente, y por primera vez en su vida, golpearon algo más profundo que la ira—golpearon el miedo. Un miedo que no podía ubicar, uno que no podía controlar. Siempre había sido la más fuerte en su secta, su "talento" eclipsando a los que la rodeaban. Pero ahora, esa misma base se sentía como si se estuviera desmoronando bajo sus pies.

Forzó sus pensamientos de vuelta a su entrenamiento, a las innumerables lecciones inculcadas por su madre y los ancianos de la secta. La Secta Cielos Nublados la había moldeado en lo que era—una guerrera de rango sin igual entre sus pares, la prodigio que ascendió más alto que cualquier otro en la mitad del tiempo. Mientras otros luchaban por cada paso adelante, ella ascendía sin esfuerzo, su cuerpo devorando mana a un ritmo que nadie más podía igualar.