Reclutamiento

Las calles de Refugio de Tormentas estaban llenas de la energía de la bulliciosa ciudad, incluso al atardecer. El sabor salado del mar se mezclaba con los aromas de pescado a la parrilla y especias de los puestos de comida cercanos. Las linternas colgaban de postes de hierro forjado, su luz parpadeante proyectando largas sombras sobre los adoquines. Los comerciantes recogían sus puestos, los marineros intercambiaban historias de sus viajes, y algún que otro borracho tambaleaba por las calles, sumándose a la sinfonía de la vida urbana.

Elara caminaba silenciosamente junto a Cedric, sus pensamientos persistían en su destino. La estación de reclutamiento para la expedición del Duque se alzaba en su mente como un faro—y una prueba. Se suponía que debía haberse presentado allí ayer, pero las circunstancias habían conspirado en su contra.