¿Verdad? (2)

Aeliana había creído.

Por primera vez en años, se había atrevido a pensar:

—Quizás.

Quizás podría vivir. Quizás podría ser curada. Quizás el futuro era algo que podría alcanzar, algo más que permanecer en las sombras de su propia debilidad, esperando lo inevitable.

Había comenzado a creer en las personas.

Había comenzado a creer en él.

Pero esto...

Esto estaba mal.

El dolor era antinatural, anormal, mucho más allá de la enfermedad que la había atormentado durante tanto tiempo.

Una nueva oleada de agonía la atravesó, robándole el aliento de los pulmones. Se derrumbó completamente sobre su costado, su cuerpo convulsionando violentamente. La fría piedra de la caverna se clavaba en su mejilla, sus dedos temblando contra el suelo implacable.

Y entonces—la sangre.