Sus palabras, pronunciadas con tranquila confianza, enviaron una ola de inquietud a través de sus oponentes.
Uno de ellos, un hombre corpulento con un arma similar a un martillo, gruñó:
—¡No te pongas arrogante solo porque estás en el Reino de Gran Condensación de Qi! ¡Los números también importan!
Con eso, la batalla comenzó.
Los cinco oponentes se movieron al unísono, sus ataques coordinados mientras intentaban abrumar a Feng Liang con pura superioridad numérica.
Bolas de fuego, cuchillas de viento, e incluso una ráfaga de flechas cayeron sobre él en un asalto sincronizado.
Feng Liang ni se inmutó.
Esquivó los ataques sin esfuerzo dejando a los oponentes en shock.
La multitud también estalló en asombro.
—¡Incluso para un cultivador del Reino de Gran Condensación de Qi, parecía demasiado rápido!
—Ese es el poder del Reino de Gran Condensación de Qi...