—¡Deberías agarrarme y explicármelo! ¡Dime que no era así, dime que me amas, dímelo! —el rostro de Lili estaba cubierto de lágrimas, sus labios sonreían, pero sus ojos mostraban enojo.
—Esto es bastante difícil. Realmente no te amo —dijo Ferne angustiado.
—¡¿Entonces por qué te casaste conmigo?! —Lili dejó de llorar. Lo miró con una sonrisa, pero su rostro estaba tan tenso que Ferne no quería mirarlo. Se volteó para mirar el auto a su lado.
—Te lo he dicho muchas veces —dijo Ferne impotente—, mi familia quiere que me case, y tú quieres casarte. Así que hice lo que todos querían y me casé contigo.
—¡Ferne! —Lili levantó la mano nuevamente—. ¡Bastardo!
Sin embargo, esta bofetada no aterrizó en su rostro. Ferne originalmente quería recibirla y esperaba con los ojos cerrados. Después de unos segundos, abrió los ojos y vio a Lili caminando hacia el asiento trasero, abriendo la puerta del auto y señalando a Noah.
—¡Zorra, debes haber seducido a mi marido!