Huele Bien 2

Emilia miró al cielo. Era difícil imaginar que los fuegos artificiales florecerían en el cielo al mismo tiempo hasta que consumieran sus propias vidas y cayeran como gotas de lluvia.

El cielo se iluminó durante dos minutos y seis segundos.

Emilia finalmente se dio la vuelta. Sus ojos brillaban como si estuvieran llenos de estrellas. Sonrió y dijo:

—Feliz cumpleaños.

Vicente levantó ligeramente las cejas:

—¿Dónde está mi regalo?

Emilia agarró la corbata en su pecho, la jaló hacia abajo, forzando su cabeza a bajar y lo besó.

Era su cumpleaños, pero los fuegos artificiales parecían haber sido preparados para ella.

Los guardias estaban todos comiendo semillas de melón juntos, y Harold no tenía nada más en su bolsillo.

Vicente le dio un beso suave, y luego la llevó en brazos:

—Te llevaré de vuelta.

Emilia estaba un poco sorprendida:

—¿Eso es todo?

Solía besarla con tanta intensidad cada vez, pero esta vez Vicente solo la besó suavemente y estaba a punto de irse.