Ferne nunca había olvidado su primer encuentro con Noah. Noah llevaba una máscara que solo dejaba ver su barbilla. Era alto y robusto. Su traje recto estaba perfectamente planchado contra su cuerpo. Todos sus movimientos eran naturales y casuales, haciendo difícil que otros lo asociaran con malas palabras.
¿Cómo podía una persona como él decir estas palabras con tal expresión?
Ferne no sabía qué le había pasado a Noah, pero se dio cuenta de que su impresión anterior sobre él era errónea. Noah no era un hombre rico con alto estatus social. Había salvado a esos niños principalmente por su experiencia pasada. Ferne no sabía qué había sucedido en el pasado, pero juzgando por la situación actual, no podía ser bueno. La expresión de Noah era tan sombría como lo que llevaba puesto aquel día lluvioso cuando lo salvó de la estación de policía.
—Sal a cenar.