Beverly sacó su teléfono y marcó un número. Pero la llamada no se conectó. Maury estaba justo al lado de Beverly cuando ella marcó ese número. Podía escuchar claramente la voz mecánica femenina del teléfono:
—Lo sentimos, el teléfono que marcó está apagado...
El rostro de Beverly palideció.
—Es imposible. ¿Por qué está apagado? No puede ser.
En ese momento, alguien del Tax Bureau vino a echar un vistazo y dijo:
—Has sido víctima de un fraude.
Beverly gritó:
—¿Cómo puede ser esto?
Maury parecía no poder sostenerse y tembló un poco. Se apoyó en una mesa que estaba a su lado. Frente a él, Beverly seguía explicando con el rostro pálido:
—No es un fraude. ¿Cómo podría serlo? Invertí cinco millones. ¿Cómo podría ser?
La gente del Tax Bureau tranquilizó calmadamente a Beverly:
—He conocido a alguien que fue estafado por un fraude en otra empresa. Estos dos números de teléfono son similares. Tal vez sea el mismo grupo de estafadores.