capitulo 10 Bloque Roto

El aire seguía frío mientras el tren avanzaba lentamente por unos rieles oxidados. Cárter, alerta, observaba los alrededores desde lo alto del vagón, como un centinela solitario. Alis seguía dormida dentro, acurrucada por el cansancio. Ron, a su lado, no podía dejar de pensar.

No sé qué hacer...

Tengo miedo...

¿Qué dirá mi hermano si nos ataca? Estoy aterrado, pensó, mientras su corazón latía con fuerza.

Pasaban por una ciudad abandonada, como si el tiempo hubiera decidido detenerse allí. Las estructuras estaban en ruinas, y el silencio era inquietante. De repente, una silueta humanoide se lanzó a toda velocidad directamente hacia Ron. Antes de que pudiera reaccionar, ya lo tenía encima, aplastándolo contra el metal del vagón.

—¡¿Quién eres?! —gritó Ron, desesperado.

La figura estaba completamente cubierta por una capa de rocas, ocultando su rostro. Ron intentó manipular rocas a su alrededor para quitárselo de encima, pero la criatura —o lo que fuera— esquivó cada ataque con agilidad sorprendente.

Ron aprovechó un instante y se alejó como pudo. El estruendo despertó a Alis, quien se apresuró a subir con Ron y Cárter.

—¿Qué está pasando? —preguntó ella, confusa.

El ser se paró frente a ellos y habló con voz grave:

—Me llaman Block Man.

El conductor del tren los vio por el espejo retrovisor y, asustado, aceleró más. Cárter dio un paso adelante y colocó su espada entre ellos.

—Aléjate. No hay nada que mi filo no pueda cortar. Márchate y todo estará bien —advirtió.

Block Man soltó una risa áspera.

—¿Tú? ¿Un niño? ¿Crees que puedes hacerme frente?

Ron, en medio del caos, le rogó a Alis que usara su energía solar.

—¡Inténtalo, Alis!

Ella cerró los ojos, concentrándose, pero no pasó nada.

—Tal vez no puedo usarlo con frecuencia... Si pudiera activarlo, ese tipo ya estaría frito —dijo frustrada.

Block Man apuntó a Ron.

—Tú… te conozco. Ron. Siempre igual. ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me abandonaste? ¡Íbamos a estar juntos!

Ron dio un paso al frente, con el rostro serio.

—Nos escapamos porque te usaban como una herramienta. Y ahora estás con ese hombre que hace lo mismo. ¿Por qué te dejas tratar así?

Las palabras de Ron fueron como cuchillas. Block Man gritó de rabia y se lanzó sobre él, pero Cárter reaccionó con velocidad, y su espada casi roza la cara de su oponente.

—¡Ni lo pienses! —gritó Cárter.

Block Man retrocedió y lo miró con furia.

—Tú… siempre protegiéndolos como si fueras su hermano mayor. Tú y yo pelearemos. Aquí y ahora.

—Acepto el reto —respondió Cárter, decidido.

Ambos se miraron fijamente. Corrieron uno contra el otro. Block Man transformó su brazo en un escudo de roca, y del otro emergió una espada. Cárter atacó con rapidez, y su espada rompió el escudo en mil pedazos.

—¡¿Qué…?! —exclamó Block Man sorprendido—. ¿Cómo puede tu espada cortar roca?

Pero no se detuvo. Atacó con más fuerza y velocidad. Cárter bloqueaba como podía, pero uno de los golpes lo alcanzó directo al estómago y lo lanzó contra un edificio a medio caer.

Ron y Alis bajaron del tren para ayudarlo, pero los combatientes eran demasiado rápidos.

Cárter se levantó, adolorido, justo a tiempo para enfrentar el siguiente ataque. En medio del combate, logró cortar la máscara de Block Man, revelando un rostro humano debajo.

El espadachín lo miró sorprendido. ¿Un humano...?

Recordó sus entrenamientos cuerpo a cuerpo y empezó a tomar ventaja. Golpe tras golpe, empujó a su enemigo hacia atrás. Block Man, desesperado, lanzó una lluvia de rocas que impactaron la espada de Cárter, haciendo que se le cayera.

Aprovechando el momento, Block Man se le montó encima.

—Eres hábil, chico… pero aquí termina tu historia.

Ron y Alis corrían hacia ellos, pero no llegarían a tiempo. Cárter, con dificultad, sacó un pequeño búmeran de su bolso. Lo lanzó a un pilar débil del edificio. Este cayó encima de Block Man justo a tiempo para salvarlo.

Todo quedó en silencio. Alis y Ron se acercaron.

—¿Ya se murió? —preguntó Alis.

Cárter cojeaba, tomándose el brazo herido.

Pero de pronto, el pilar se movió. Block Man aún estaba vivo, aunque al borde de la muerte. Con voz débil, llamó a Ron.

—Hermano…

Ron se acercó, temblando.

—No vayas con mamá y papá… Ellos no son de fiar. Ese chico… Cárter… es más que tu amigo. Es tu familia. Vayan juntos. Prométemelo…

—Tú… peleaste bien —le dijo a Cárter—. Cuida de mi hermanito, por favor.

Al final, dijo con una sonrisa débil:

—Ron… algún día… tendrás que aprender a sobrevivir sin mí…

Y tras esas palabras, murió.

Ron se arrodilló, con lágrimas corriendo por sus mejillas.

—Lo prometo, hermano… Lo prometo todo…

Fin del capítulo 10.