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En respuesta a la invitación de Liu Muxue, Eliza subió cautelosamente a la espalda del mamut.
Luego, las dos chicas se sentaron juntas detrás de Cao Xing.
Ahora, Da Bai estaba cargando a tres personas a la vez.
Sin embargo, con el peso combinado de Liu Muxue y Eliza que ni siquiera excedía los 180 jin, no representaba ninguna carga para Da Bai.
—Bien, vamos hacia la Aldea de los Cerdos ahora —ordenó Cao Xing.
—¡Muuu!
¡Pum! ¡Pum pum!
El mamut balanceó su trompa y dio pasos enormes con sus pies de elefante.
El grupo avanzó a gran velocidad sobre la superficie helada.
Con Andrew y Blot ausentes, el grupo era un poco más pequeño que antes.
Pero su fuerza de combate seguía siendo formidable.
Atravesaron rápidamente la llanura nevada, corriendo hacia las coordenadas de la Aldea de los Cerdos.
Una energía roja rodeaba las cuatro patas del mamut, como un pequeño tren a toda velocidad.