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—¿Con el poder defensivo de la Ciudad del Lago Dorun, los Hunters realmente pueden atacar esta ciudad? —preguntó confundida Eliza.
—No lo sé, pero será mejor que no te acerques demasiado —se encogió de hombros Cao Xing.
Al ver la expresión seria de Cao Xing, y pensando en su fuerza, Eliza asintió:
—Está bien entonces... No iré a la Ciudad del Lago Dorun.
—Pero... si no voy a la Ciudad del Lago Dorun, ¿a dónde puedo ir?
—Mi padre fue llevado por ustedes, ¿se supone que debo vivir sola en la Aldea de los Cerdos, buuu...?
En ese momento, no solo Cao Xing, sino incluso Liu Muxue, que estaba a su lado, también rieron.
—Eliza, puedes volver con nosotros —dijo tomando la pequeña mano de Eliza.
—¿De... de verdad? ¿Puedo unirme a su territorio también? —levantó la mirada Eliza.
Liu Muxue sonrió y asintió.
Eliza estalló en lágrimas de alegría...
Unos minutos después, el grupo se reorganizó.
Todos fueron divididos en dos grupos.