Si Aurey hubiera querido intentar escapar con más ahínco, sus enemigos no habrían podido rastrearla. Además, tenía a Rollos como su sirviente, por lo que era imposible que muriera tan pronto.
En ese momento, Matthew se dio cuenta de que su madre se había dejado matar para entregarle su corazón a su hijo en el futuro. Estaba dispuesta a morir para que Matthew pudiera tener su felicidad, incluso si la consecuencia fuera ser odiada por su propio hijo durante miles de años.
—¿Por qué harías eso? —La voz de Matthew sonaba temblorosa—. ¿Por qué sacrificarías tanto solo por tu hijo inútil?
—Oh, querido, ¿cómo puedes decir eso? Aunque solo puedo ver tu vida a través de mi visión del futuro, nunca dejo de estar orgullosa de ti. —Aurey miró a su hijo con sus ojos gentiles, haciendo que Matthew se sintiera abrumado por el amor de su madre.