Salí a buscar a mi equipo porque sabía que probablemente serían de más ayuda que los policías, en quienes no confío una mierda, no con la vida de mi esposa. Los muchachos estaban trabajando duro tratando de terminar todo antes de las fiestas.
Había diez motos nuevas y brillantes alineadas contra la pared esperando ser entregadas. Como el negocio había crecido tanto en tan poco tiempo, tuve que contratar más ayuda, lo cual en mi opinión era algo bueno. Cinco hombres más tenían dinero en sus bolsillos para mantener a sus familias, todo bien.
—¿Han averiguado algo sobre esa chica de anoche?
—No, no hay nada en la calle sobre alguien desaparecido y revisamos toda la zona.
—Hice algunas llamadas al pueblo vecino y tampoco hay nada allí. ¿Han estado revisando las noticias? Si está desaparecida, podría aparecer en la televisión —dijo Jared. Estaba conmigo en esto, le había contado mis sospechas sobre todo el asunto y no estaba más contento con la situación que yo.