Capítulo 106: LYON

Arropé a Caitlin alrededor de las dos de esa tarde. Teníamos una cita con el gordo bastardo.

—¿A dónde van?

—La llevo a ver a Santa.

—Espera, ¿qué? Se supone que yo también debo ir.

—Puedes venir si quieres.

—Estás siendo un imbécil.

—Cuida tu boca.

Ella empezó con esa mierda de llorar otra vez, qué pena. Hace tres horas, Elena y Char habían llevado a su nueva mejor amiga y la instalaron en uno de mis lugares a las afueras de la ciudad.

Ninguna de ellas me había dicho nada sobre su visita al hospital el día anterior y no pregunté. Si hubiera algo que contar, mamá me lo habría dicho, además no necesitaba que nadie más viera lo que yo veo, no funciono así.

El trasero mimado de Kat se ha estado saliendo con la suya. Mientras estaba embarazada y luego incluso después de tener al bebé, supongo que me volví un poco flojo, pero si no dejaba de joder iba a terminar con el culo pateado, Navidad o no. Mierda.