—Colt —su voz era suave y sexy por el sueño, pero como ya la había follado de todas las formas posibles antes de que se quedara dormida, decidí dejarla descansar.
Dejé la cama y me dirigí a mi oficina en casa después de revisar a mi hija. Esa niña tiene los hábitos de sueño más extraños. Duerme sobre sus rodillas con el trasero en el aire. Toqué suavemente su cabello y mi corazón hizo ese pequeño baile gracioso. Le besé la cabeza y le aparté el pelo con los dedos antes de salir.
Me senté en el silencio de mi oficina repasando una y otra vez todo lo que había sucedido en los últimos días, pero seguía volviendo al accidente. Algo, de hecho todo sobre eso me gritaba que era una trampa. Simplemente no sabía quiénes eran los jugadores.