Escuché lo que decía pero no había manera de que dejara el cuidado y la protección de mi familia a alguien más. Eso no es lo que hace un hombre. Nadie se va a meter con lo que es mío y salirse con la suya.
—Sabes que no puedo hacer eso, agradezco la oferta pero tengo que encargarme de esta mierda. Ella sacó a mi esposa y a mi hijo de la puta carretera.
—Está bien, dime qué planeas hacer. ¿Cómo vas a encargarte de esto?
—Creo que es mejor que no sepas nada de eso.
—Mira, no puedo dejarte hacer eso hijo. Tenemos que manejar esto legalmente. No puedes ir por ahí como un vigilante tomando la justicia por tu propia mano. Te dije que me des algo de tiempo y nos encargaremos. Si vamos tras ella ahora sin todos los hechos podríamos arruinarlo todo.