—Colt, ¿pusiste un dispositivo de rastreo debajo del jeep de Kat?
—No, ¿por qué? —Todos sus rastreadores estaban ocultos dentro del tablero.
Abrió su mano para mostrarme el rastreador en la bolsa de evidencia.
—Hijo de puta. —Este no era mi modelo, alguien había puesto un rastreador en mi maldita esposa. No era difícil adivinar quién y cuándo.
—Esa perra hizo esto, el día del accidente, por eso necesitaba meterse debajo del auto de Kat.
—¿Pero por qué allí? ¿Por qué no lo hizo mientras Kat estaba de compras o algo así? Fue bastante arriesgado y la pregunta sigue siendo, si tienes razón, ¿por qué?
—Qué diablos voy a saber, pero lo voy a averiguar.
—Colt, no creo que sea una buena idea, quédate con las chicas, yo me encargaré.
—De ninguna manera, mi familia, mi asunto.